SEMANA 11
Prácticas del Lenguaje
Robin Hood
1) Lee el segundo capítulo de la novela.
2 EL PRIMER TORNEO
Una tarde, siendo ya Robin un joven de más de veinte años, llegó hasta la casa Will Scarlett, un muchacho alto de su misma edad, su primo y amigo preferido.
—¡Qué tal, Robin! –saludó Will desde la puerta–. Tengo para ti una noticia...
—Pasa, Will –contestó el joven–. ¿De qué se trata?
—Hay una feria a unas millas de aquí, en el condado de Nottingham –le explicó su amigo–. Los artesanos y los granjeros de los alrededores irán a ofrecer sus mercancías, pero lo mejor es que se organiza también un torneo; competirán los hombres más hábiles de toda la región: ¡el premio es una bolsa de monedas de oro y un barril de cerveza!
—Cuidado, muchachos –les advirtió el padre de Robin–. La feria de Nottingham suele ser el lugar de reunión de los nobles normandos. ¡No vayáis a buscar pelea!
—Pues este año, nosotros podríamos darles un disgusto quedándonos con las monedas –se entusiasmó Robin.
—¡Y con el barril de cerveza, no lo olvides! –agregó Will con una risotada.
El domingo por la mañana Will y Robin montaron sus mejores caballos y marcharon temprano hacia el pueblo de Nottingham. Para ambos era una nueva experiencia asistir a una feria. Cabalgaron por senderos primaverales a cuya vera el vientecito agitaba los débiles tallos de las flores silvestres. Sólo se escuchaba el canto de los pájaros y el casco de sus caballos, ya que ambos jóvenes marchaban en silencio, disfrutando de la ansiedad de encontrar bellas muchachas y de la esperanza de triunfar en el torneo.
Al doblar en un recodo del camino, muy cerca ya del pueblo, dieron de pronto con un grupo de normandos reunidos a la sombra de un roble. En medio de ellos, se alzaba un barril de cerveza. Los hombres se fijaron rápidamente en Robin y Will, que se acercaban al paso de sus cabalgaduras, y comenzaron a intercambiar frases burlonas. Un hombre de pelo rojizo –una de sus manos se aferraba a su ancho cinturón de cuero y sostenía con la otra un jarro de cerveza– gritó con la boca llena:
—¿Adónde vais, mocitos? Otro, reclinado sobre el pasto, rio ruidosamente y dijo:
—¡Ja, ja! ¡Observad sus arcos! ¡No valen más de un penique! Robin sintió arder la ira en su corazón.
—Mi arco y mi flecha –exclamó– son tan buenos como los de cualquiera. Con ellos lograré que el sheriff de Nottingham me entregue con sus propias manos el premio de oro y cerveza que ha ofrecido para el ganador del torneo.
—¡Ja, ja! ¡Escuchad al jovencito! –gritó uno de los hombres, entre cuyos labios resbalaba una fina línea de blanca espuma–. ¿Y por qué, tú, niño de pecho, pequeño infante a quien su mamá acaba de peinar los rulitos, podrías vencer a los valientes normandos de Nottingham?
—¡Vamos, mocitos! –se burló el que permanecía recostado en la tierra–. ¡Os hará mal la cerveza después de tomar la leche!
Robin tomó su arco, sacó en menos de un segundo una flecha de las que llevaba en su morral y, sin apuntar casi, la lanzó haciendo que rozara levemente la oreja del que había hablado primero. Se hizo un silencio; el hombre, impresionado por el silbido fuerte de la flecha, dejó caer el jarro de cerveza y llevó su mano a la oreja para asegurarse de que todavía estaba en su lugar. La flecha, mientras tanto, dibujó su ruta en el aire y cayó sobre la tierra como una rama agitada por el viento del norte.
—Nos vemos en el pueblo –dijo Robin–. Y ambos jóvenes emprendieron nuevamente la marcha sin volver la cabeza.
Los comerciantes habían preparado sus puestos en el centro de la plaza y ofrecían a todos sus mercancías. Ninguno de ellos reparó en los dos jóvenes sajones que recorrían el lugar. Pero los hombres de Nottingham ya estaban enterados del encuentro ocurrido a la entrada del pueblo y se fijaron en ellos rápidamente. Algunos echaban miradas disimuladas sobre Robin y su amigo; otros hacían comentarios en voz baja.
Al atardecer, sonó una trompeta y se anunció el momento de la inscripción para participar en el torneo. Mientras las mujeres y los más ancianos empezaron a ubicarse alrededor de la arena donde se realizaría la competencia, los más jóvenes se agolparon alrededor del hombre que anotaba los nombres de los que deseaban participar.
Robin sentía una gran emoción cuando se acercó al grupo para inscribir su nombre. Los jóvenes normandos, hijos de los nobles del lugar, murmuraron burlonamente entre ellos cuando lo escucharon decir en voz bien alta: —¡Robin de Locksley!
Robin sabía que iba a enfrentarse con rivales que tenían mucha experiencia en el arte de la lucha con garrotes. Como quiera que sea, luchó bravamente y demostró lo útil que resultaba la preparación recibida desde la niñez: sus piernas eran ágiles y le permitían esquivar los golpes que lanzaban sus contrincantes; a la vez, logró hacer girar rápidamente el garrote sobre su cabeza hasta conseguir golpear a su contrario y hacerle desprender el suyo de entre las manos. Los espectadores aplaudieron sorprendidos y los mozos normandos se sintieron humillados porque aquel desconocido demostraba ser superior a ellos en agilidad y fuerza.
—¡Ya recuperaremos ventaja! –exclamaron algunos–. Es algo más que fuerza lo que se necesita para el manejo del arco y la flecha. ¡Ya veremos si puede volver a probar su pulso y su buena puntería!
Por fin, llegó el momento. Cuando fue su turno, Robin lanzó su flecha directamente sobre el blanco. Sin embargo, no fue la única flecha que dio en él; tres o cuatro jóvenes normandos demostraron también su habilidad en la puntería. Había que encontrar otra forma de decidir quién era el vencedor.
Guy de Gisborne, sheriff de Nottingham, que observaba el torneo desde cierta distancia, alzó su mano derecha. Era la principal autoridad en el lugar:
—Ordeno que una delgada vara de junco sea clavada en la tierra; el que pueda derribarla con su flecha, a una distancia de catorce pies, será el vencedor de este torneo.
Mientras se preparaba la nueva prueba, los participantes permanecían en silencio. Guy de Gisborne, en cambio, preguntaba a los hombres que lo custodiaban quién era ese joven que se atrevía a desafiar a los más hábiles normandos de Nottingham. Nadie pudo dar demasiados datos acerca de Robin, pero le relataron de qué manera el joven había humillado a los normandos antes aun de entrar al pueblo.
Llegado el momento, el público murmuraba pues parecía imposible que alguien obtuviera el premio: la rama de junco se balanceaba con el viento... Uno tras otro hizo silbar sus flechas; algunos lograron rozar el blanco. Robin tomó en sus manos el arco y apuntando cuidadosamente, disparó. Todos contuvieron la respiración y dirigieron sus ojos hacia el junco clavado en medio del terreno.
¡Crac! La esbelta rama quedó partida en dos atravesada por la flecha de Robin. El atronador aplauso del público llenó el aire.
Guy de Gisborne hizo un gesto de disgusto y dio la espalda a los competidores. Prefirió retornar a su castillo antes de ser él mismo quien entregara el premio a este sajón desconocido que abrazaba con alegría a su compañero.
2) Elegí una de las dos imágenes y representalas en tu cuaderno/ carpeta.
AGUDAS | GRAVES | ESDRÚJULAS |
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4) Para registrar en el cuaderno/ carpeta:
Una novela consiste en una narración literaria más o menos extensa, usualmente de carácter ficcional, en la que se cuenta una serie de eventos prolongados en el tiempo, con el fin de entretener y brindar placer a sus lectores.
Matemática
SUSTRACCIÓN
- -1 (de a uno para atrás)
34 | 33 | 29 |
100 | 92 |
70 |
- -10 (de a diez para atrás)
140 | 130 | 120 |
540 | 530 | 520 |
100 | 90 |
- -100 (de a cien para atrás)
1000 | 900 | 800 |
2000 | 1800 |
1700 |
2) ¿ Qué es restar? Escribí la respuesta en el cuaderno, con tus palabras.
Ciencias Naturales
BIOMATERIALES | ||
NOMBRE | CARACTERÍSTICAS | EJEMPLOS |
HIDRATOS DE CARBONO | ||
LÍPIDOS | ||
PROTEÍNAS | ||
VITAMINAS | ||
AGUA Y MINERALES |
- naranja=cereales
- verde=vegetales
- rojo=frutas
- amarillo=aceites y grasas
- celeste=lácteos
- violeta=carnes y legumbres
ARROZ | REMOLACHA | TOMATE | BANANA | LECHE |
MANTECA | QUINOA | RICOTA | ACEITE DE COCO | ZAPALLO |
LECHE CULTIVADA | NUECES | MAÍZ | COLIFLOR | FRUTILLA |
ACEITUNA | AVENA | MANZANA | MAYONESA | LENTEJAS |
BRÓCOLI | ARVEJAS | CREMA | PALTA | YOGURT |
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